"Hemos desarrollado un saber hacer propio, en el que se combina máxima calidad, precios al alcance de cualquier bolsillo"

Entrevistaremos a Carlos Hernández, uno de los dos propietarios de la franquicia Pizzerías Carlos, que prefirió el mundo de las pizzas al de sus estudios de óptica

Enero de 2018. Carlos Hernández nos cuenta cómo surgió el modelo de negocio de Pizzerías Carlos y cuáles son sus principales características. 


¿Cuándo y cómo nació Pizzerías Carlos?
Carlos Hernández parece buscar dentro de sí la respuesta. Pizzerías Carlos nace en el año 2009, y lo hace de la mano de dos jóvenes pizzeros que, desde el conocimiento muy profundo del sector, y con ánimo de mejorar lo existente comienzan a aplicar todo un know-how muy innovador, dando un salto adelante desconocido en el modelo de negocio de las pizzerías.

¿Podrías definir tu concepto de negocio?
En pocas palabras, somos un auténtico restaurante italiano, muy bien decorado y atendido por grandes profesionales, ofreciendo el top de la calidad, que con una carta diferente, además te sirven a domicilio eficazmente lo mismo que en sala, y todo a precios muy asequibles.

¿Cuáles fueron las dificultades con las que te encontraste?
Entonces pensamos que había mucha gente haciendo lo mismo, eso fue lo que nos llevó a innovar proponiendo el nuevo modelo de negocio. Quisimos ser diferentes y lo hemos conseguido.

¿Por qué has decidido expandirte bajo la fórmula de la franquicia?
Aquello fue una expansión sobrevenida. Comenzamos con una pizzería propia, luego una segunda y a ésta le siguió una tercera. Aquel modelo funcionaba tan bien, que un amigo nos preguntó si podía montar con nosotros y cómo nosotros. Por supuesto le dijimos que sí, y hoy vamos camino ya de los sesenta locales en toda España. No olvidemos tampoco, que la gestión del abundante recurso humano que utilizamos (cerca de 2.000 personas), se gestiona más adecuadamente desde cada una de las franquicias.

¿Qué os diferencia dentro del sector frente a la competencia?
Hemos desarrollado un saber hacer propio de Pizzerías Carlos, en el que se combina máxima calidad, precios al alcance de cualquier bolsillo, y el ser restaurante de verdad que te sirve a domicilio, dice abriendo las manos. Es como un océano tranquilo en el que todavía navegamos solos y alejados de aguas llenas de tiburones.

¿Cómo encuentras la situación del sector a día de hoy?
Es un momento muy interesante, en el que ideas innovadoras entre la mayor calidad y un alto servicio siempre van a tener cabida. Digamos que queda mucho por hacer si sabes lo que el público demanda.

¿Cuál es la inversión que tiene que realizar el franquiciado?
Contando con que somos un verdadero restaurante con reparto a domicilio, hago a propósito hincapié en la fórmula, somos la opción más económica del mercado. Un restaurante completamente equipado, de 200 metros se monta con unos 250.000 euros.

¿Qué ofrece al emprendedor Pizzerías Carlos?
Pues en el fondo una gran familia. En ella tendrá siempre formación, acompañamiento, innovación, protección, oportunidad de crecimiento y una idea de negocio muy rentable. Una gran familia asevera sonriendo, pero de las de aquí. Piensa que haber sido antes franquiciados, nos permite ofrecer una transferencia muy segura, que garantiza todas las necesidades que se tienen en el rol de franquiciado.

¿Cómo ves el futuro?
Con mucho optimismo, enfatiza. Nuestra propuesta es la de superar los 100 establecimientos a la vuelta de tres años, con un mapa lleno de banderitas de Pizzerías Carlos. Vamos cubriendo los objetivos, y ahora que tenemos estructura de gran trasatlántico, afianzamos cada maniobra y sentimos con claridad el viento de popa. Garantizar el futuro a través del aprendizaje constante durante todo este tiempo ha sido una máxima para nosotros, y otra es no olvidar jamás que nuestro trabajo es y será siempre dar de comer a la gente: maravilloso concepto para tener muy presente.

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