Entrevistamos a Mirza, que acaba de abrir su segunda franquicia Dulce Diseño en Badalona.

Retrato de una mujer con mucha ambición e ilusión

¿Qué le ha llevado a abrir una segunda franquicia?

Lo más importante de todo es que me gusta lo que tengo. Estoy convencida de los productos que vendo y de la calidad que doy a mis clientes. Y como me gustan los proyectos, no me podía quedar con una sola tienda. Además había encontrado un local que me gustaba mucho.

¿Ha sido más fácil abrir esta tienda que la primera?

Mucho más fácil. Para la primera tienda, todo fue mucho más impulsivo. La segunda, ya conoces todas las etapas y el equipo, y vas mucho más segura. Aunque no quita el estrés ni la excitación de la apertura tampoco. Pero las dos fueron distintas.

Tiene una tienda a pie de calle y ahora otra en centro comercial. ¿Qué diferencia nota entre las dos?

Son dos tiendas muy diferentes: en la tienda de calle la gente te conoce, viene a contarte sus historias, haces parte de la familia del barrio pero también siempre intenta regatear los precios. Hay mucho contacto humano. Por el contrario, en la tienda del centro comercial, el contacto es más frio, la gente viene a comprar no a hablar, pero por otra parte tiene más categoría. La mentalidad cambia muchísimo.

¿Iría a por la tercera?

No me disgusta la idea. No me lo había planteado pero ahora me lo voy a pensar. (risas)

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